Habrá gente que me pregunte por qué. Por qué sufrir de esa manera, por qué comer tierra y barro y por qué castigarme de esa forma. Yo también me lo he preguntado en muchos momentos, como en el kilómetro 21 de la Cañoneros, tras haber ascendido 1700m de desnivel. Pero, ¿qué estoy haciendo yo aquí? Quizá una forma de superarme a mi mismo. Quizá una forma de retar más a mi mente que a mi cuerpo. Quizá descubrir nuevos lugares, paisajes y sensaciones. Porque en esos momentos en los que tus piernas dicen ¡BASTA! Y tu cabeza dice ¡PARA A DESCANSAR! Es cuando contra toda fuerza, en una lucha interna dentro de tu mismo ser dices NO. Un paso más, una pedalada más. El sol no me importa. Que en mis piernas no queden glucógeno no importa. Que veas que son incapaces de tirar hacia arriba es lo de menos.
Hace rato que ya no me queda agua y lo único que veo es el mar al fondo y mi primo, cada vez más arriba, mientras yo continuo con la cabeza gacha pero con una cadencia constante porque, al fin y al cabo, se que no hay otra opción, tengo que subir y punto. Distraigo a mi mente pensando en la adrenalina que sentiré al pasar por meta. La satisfacción que sentiré al haber terminado y devolver el dorsal. Que ya solo quedan 20km. Intento no pensar en el dolor de mis piernas, ni en los problemas técnicos de la bicicleta. No le encuentro el por qué al hacer esto. Es una cosa que hago porque sí, porque me gusta, por raro que parezca.
Y es que uno siente que ha triunfado de muchos modos distintos. Con la adrenalina de ganar una competición o con el reconocimiento de haber conseguido terminar una gran marcha o un gran desafío. Y, nada se consigue, sin motivación. Si no tienes las ideas claras de a lo que vas, si no piensas que lo vas a conseguir, o que vas a ganar, si no sueñas con ello, por mucho que hayas entrenado, o por muchas supercompensaciones que hayas realizado no lo conseguirás. Y esto es así. Porque lo que manda en tu cuerpo es la mente y podrás conseguir todo lo que quieras aunque luego pase factura en tus músculos y cuerpo pero, ese es ya otro aspecto porque ahí entra como hayas trabajado todo.
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